HOMILIA PARA EL VIERNES DE LA II SEMANA DE CUARESMA 13 DE MARZO DE 2020 (Primera lectura: Gn 37, 3-4. 12-13. 17-28; Salmo Responsorial:Salmo 104, 16-17. 18-19. 20-21; Aclamación antes del Evangelio:Jn 3, 16; Evangelio: Mt 21, 33-43. 45-46)
POR P. EMMANUEL OCHIGBO
LA PACIENCIA DE DIOS
Me gustaría comenzar con una pregunta, que me gustaría que cada uno de nosotros contestara en su mente. Suponiendo que un ángel de Dios viniera hoy y te dijera que te queda una hora para vivir, ¿qué harías?
Tal vez pidas disculpas a los que has herido; tal vez devuelvas las cosas que has robado; tal vez vayas a confesarte; o tal vez comiences a orar.
Desafortunadamente, es posible que no nos avisen cuando solo nos queda una hora para vivir, ahora puede ser el momento. Por lo tanto, comencemos a vivir como si ahorita es el momento.
Hay tres puntos importantes de la parábola en el pasaje del Evangelio de hoy:
Primer punto: Esta parábola revela lo único que es Jesús. Jesús no es solo otro profeta, como los otros profetas. Él es el hijo del dueño de la viña; Él es el Unigénito Hijo de Dios.
Segundo punto: Nos recuerda nuestra responsabilidad. Muestra que cualquier regalo que Dios nos dé, tendremos que rendir cuentas al último día de cómo hemos usado esos regalos: la familia que tenemos, nuestras vidas, nuestros talentos, etc.
Tercer punto: La parábola también revela algo sobre la paciencia de Dios. Dios les dio a los viñadores tres oportunidades. Pero algo muy importante aquí es que habrá la última oportunidad. Cuando usamos mal los dones de Dios y Dios nos perdona, no demos por sentado su perdón. Es por eso que la Biblia dice: “Si hoy escuchas su voz, no endurezcas tu corazón.”
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